El teatro y su capacidad para transformar vidas: ¿Qué es el teatro penitenciario?
El
teatro y su capacidad para transformar vidas
“Nos
dedicamos a hacer teatro porque hacemos una catarsis que nos lleva a algo
positivo en cada uno de nosotros.” Alejandro Ramírez
Por
definición, el teatro es el arte escénico de la interpretación, considerado
como un “arte vivo” por muchos (Pellereti, 2000). Pero es mucho más que eso. Todos
los que hemos experimentado el teatro conocemos su capacidad de liberación
personal y emocional. Este logra ser una
forma de expresión a través de la cual nos dejamos ver y ser en comunidad, de
un modo que no muchas personas pueden vivir. Esta cualidad tan fascinante del
teatro adquiere un especial énfasis en el contexto de reclusión social que
existe en los centros penales de México, donde la deshumanización, a través de
la cual se contempla a los presidarios en el día a día, ha logrado su exclusión
social hasta un punto que muchos considerarían irreversible (Anzures, 2015).Es
aquí donde se da a conocer un nuevo concepto, el teatro penitenciario, dícese
de aquel que se imparte y practica en la cárcel (Milenio, 2018). Éste ha
demostrado su efectividad, al momento de sensibilizar tanto a presidiarios como
a espectadores de nuestro país, recordándonos que todos somos humanos, capaces
de cometer errores tan grandes o pequeños como estos puedan ser. A continuación, discutiré la necesidad del teatro
penitenciario como herramienta de reinserción social en México.
Para
entender la relevancia del teatro penitenciario, debemos primero conocer sus
inicios. Este surgió hace 40 años con la inquietud de un abogado que comenzaba
a cuestionarse la funcionalidad y justicia en la pena privativa de la libertad
que tiene lugar en las cárceles de México. Este abogado, de nombre Juan Pablo
de Tavira, tuvo una gran influencia artística a lo largo de su vida, ya que su
padre era actor, llegando él mismo a actuar años antes de comenzar su carrera en
leyes (Anzures, 2015). Es gracias a esto, con la ayuda de Jorge Correa, que en
agosto de 1978 nace la idea de organizar eventos artísticos y culturales tales
como cursos o exposiciones en el interior de la prisión Reclusorio Preventivo
Oriente. A raíz de esto, al poco tiempo se creó la compañía de teatro “Enjambre”,
que sería la primera compañía de teatro penitenciario en México (Milenio, 2018).
Desde
que se originó, el teatro penitenciario ha dado resultados positivos en todos
los centros en México que lo han implementado. Unos ejemplos recientes son la compañía
“Libertad”, bajo la dirección de Martín Echeverría, ubicada en el Centro de
Reinserción Social de Mérida (Cereso) (Moreno, 2013), y la compañía de Teatro
Penitenciario en CDMX liderada por Itari Marta, que, con 10 años en función, ha
presentado diversas obras originales como “La espera” y “La mordida” (García,
2017).
Si
bien el teatro es un arte de apreciación subjetiva para todo espectador, esta
nueva vertiente de la actuación es sin duda un interesante, novedoso y fuerte
aporte al arte y cultura en México, dada la “crudeza” de los sentimientos
expuesta, en la que los actores son capaces de brindar a su interpretación una
emoción característica, que no se ve todos los días. Es también maravilloso
como espectador entender que gracias a esto que llamamos teatro, logran
expresarse. Podríamos de cierta forma, decir que alcanzan la catarsis.
Esto
lo pude observar claramente dos años atrás, cuando en un viaje a CDMX tuve la
oportunidad de presenciar la antes mencionada obra “La espera”. Escrita y
dirigida por Conchi León, es basada en testimonios dados por los mismos actores
acerca de su estadía en Santa Martha Acatitla (donde varios de ellos estuvieron
por más de dos décadas). En ella, observamos a un violador, un homicida, un
ladrón de autos y un asaltante a mano armada mientras nos cuentan sus
historias, respondiendo varias preguntas ¿Qué los llevó a delinquir? ¿Qué
perdieron en la cárcel? ¿Qué aprendieron? ¿Qué hicieron al salir? ¿Cuál es su
relación con Dios? Y, ¿Cómo tratan de reconstruir su vida? (Secretaria de
cultura, 2018). Todas estas respuestas tan personales, al ser respondidas
dentro de la seguridad del teatro, los libera de un estigma con el que han
cargado por mucho tiempo. Al subirse al escenario, ya no tienen miedo a ser
juzgados o violentados, son libres, son humanos. Si bien es difícil olvidar y
dejar atrás algunos de los juicios, al ver esta obra me sentí agradecida de
poder empatizar con situaciones y con personas que jamás me imaginé, y esto es
logrado gracias al teatro, y ahí esta el motivo de su éxito.
Sin
embargo, el éxito de esta nueva rama va más allá de las taquillas, los
espectadores, y el reconocimiento de un público. El éxito del teatro
penitenciario radica en su gran capacidad para generar un cambio interno
importante en todos aquellos que lo practican, y que en general forman parte de
su desarrollo, producción y dirección. “Lo que tu le ofreces al teatro, eso te
lo regresa. Me regresó mi libertad.” Javier Cruz (Cruz, 2017)
Finalmente,
creo que no está de más decir que cuando le entregas tu corazón al teatro,
pasan cosas maravillosas. Conocer esta área del teatro me hizo enamorarme aún
más de él. Siempre he sido consciente de que el teatro de una forma u otra es
terapéutico, y esto lo corrobora. En el teatro liberamos cosas al mismo tiempo
que somos libres, pues no existe alguien mejor o peor. En un escenario todos son
un equipo y es por lo que creo que todos tenemos algo que aprender del teatro.
Y este aprendizaje es de gran utilidad, por no decir que es primordial dentro
de un centro de reinserción social. Creo que la importancia del teatro
penitenciario merece ser reconocida para que la sociedad pueda progresar. Con suerte, mis palabras podrán generar en
el lector una nueva curiosidad por este tipo de arte que, como no muchos otros
pueden, es capaz de transformar vidas.
Bibliografía
Anzures, D. (2015). La génesis del teatro penitenciario
en México. Revista universitaria [en línea] http://www.revista.unam.mx/vol.16/num7/art53/?fbclid=IwAR054ZnHm-LgkERtBce55JPiz2ZT9uvjaVu291WmVcCMeDgfLJ3_wGrDu8I
Pellereti, O. (2000)
Itinerarios del teatro latinoamericano. Buenos Aires. Editorial Galerna 302 pp
Moreno, C. (2013) 'José,
el Soñador' educa y 'libera' a reos del penal. Milenio Novedades [en línea] https://sipse.com/milenio/fomentan-superacion-en-internos-del-cereso-meridano-65286.html
Milenio, [colectivo] (2018).
El impacto del teatro penitenciario con Jorge Correa. https://www.milenio.com/cultura/el-impacto-del-teatro-penitenciario-con-jorge-correa?fbclid=IwAR0ZvUtrPef8ZpUhfYeQo4sQSndUwaFwSmEh8aBJ1CW8mNBMHAtgDmPuX34
García, A. (2017). El
teatro los liberó de la cárcel. https://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/teatro/el-teatro-los-libero-de-la-carcel?fbclid=IwAR28uROuDhR56X9eAtwE5ccCglORHuk2ZXExLxXJn7QlPBrnayGslfZmDJ8
Secretaria de Cultura (2018).
La espera, montaje escénico sobre la libertad y las segundas oportunidades. https://www.gob.mx/cultura/prensa/la-espera-montaje-escenico-sobre-la-libertad-y-las-segundas-oportunidades?idiom=es-MX
Cruz, J. (2017, 16
agosto). Compañia Teatro Penitenciario Recorrido [Archivo de vídeo]https://www.youtube.com/watch?v=OfbR8LuVo7E7
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